Había una vez dos caminos que parecían destinados a no cruzarse nunca, hasta que un día, el destino decidió unirlos. Katia, una mujer apasionada y llena de sueños, se encontraba buscando inspiración en un viaje improvisado. Erick, un espíritu aventurero con una sonrisa cautivadora, estaba en el lugar y momento perfectos cuando sus miradas se encontraron. Lo que empezó como una conversación casual se transformó en largas charlas, risas compartidas y secretos confesados. Poco a poco, Katia y Erick fueron construyendo juntos una historia llena de momentos únicos, entendiendo que en el otro habían encontrado un hogar para sus corazones inquietos.

Hoy, celebran el amor que los unió aquel día y que sigue creciendo cada vez más fuerte. Porque, aunque no lo sabían, siempre estuvieron destinados a encontrarse.